La guerra y su dificultad de representación en la escena. MMB Monteverdi método bélico.
El Periférico de Objetos1
Ana Alvarado

A finales del siglo XX y principios del siglo XXI formé parte del grupo teatral argentino El Periférico de Objetos, cuya reflexión en el aspecto temático, tuvo como eje fundamental la reproducción infinita de la cadena de violencia en nuestra sociedad contemporánea. En todos nuestros espectáculos los estragos que deja la violencia en la vida de la humanidad estuvieron presentes en la escena. El grupo se caracterizó por ejercer una mirada crítica sobre su tiempo y por poner en escena espectáculos en los que el sistema dramatúrgico fundamental fue siempre el encuentro en acción del cuerpo del actor con el cuerpo del objeto y sus diversas tensiones escénicas. Cuerpo humano y Objeto. Carne y Cosa.

Uno de nuestros espectáculos fue: MMB Monteverdi método bélico en el que pusimos en escena una experiencia en imágenes y acción de lo que era la representación teatral de la guerra y del amor en la escena barroca y sus diferencias y similitudes con la actual. El punto de partida fue la convocatoria del Kunsten Festival de Brussels a generar una puesta en escena contemporánea de Los madrigales guerreros y amorosos de Claudio Monteverdi.2

En el período cultural y artístico que denominamos Barroco, lo trascendental se convierte en espectáculo. La Historia se presenta como un decorado, incluso la guerra y la aniquilación. Todo es representación, fachada, exuberancia. Todo es teatro. Por delante lo bello, por detrás el horror. Detrás del decorado duerme la bestia, oculta por el claroscuro y la ilusión óptica.

En nuestro espectáculo tomamos a la maquinaria teatral barroca como referencia y pensamos en la guerra y sus secuelas en la actualidad del montaje. Nos inquietó pensar en la maquinaria barroca del teatro, en la tramoya, asociándola con la maquinaria de guerra y asalto creada para la guerra mucho antes, pero con principios físicos y mecánicos similares. La sangre y el esfuerzo humano mueven a ambas máquinas. Pusimos en escena un teatro barroco destruido, uno que podría estar en Bosnia, Ucrania, Siria o en cualquier país del mundo que sufra la guerra en su territorio.

La maquinaria se ponía en funcionamiento aparentemente sola, sin actrices, sin actores y sin tramoyistas a la vista. Un único técnico caminaba perdido por el escenario. Lo humano fue representado por actrices y actores y por muñecos autómatas que se comunicaban sólo con movimientos repetitivos. Un muñeco que representaba a un niño sangrante colgado de sus pies bajaba y subía constantemente de la “parrilla”, el piso del escenario se abría y cerraba. Los decorados subían y bajaban como en Una noche en la Opera, filme de los Hermanos Marx. Una puerta de foro se abría y varias personas caían al escenario cantando, empujadas violentamente. Un grupo de actrices y actores representaban a sobrevivientes que se presentaban a un “casting” para obtener el último mendrugo existente y mostraban patéticamente lo que sabían hacer, falsas destrezas.

¿Y el amor? ¿Ese que expresan los madrigales de Monteverdi? El amor de Tancredo y Clorinda de Torcuato Tasso es el amor trágico de un hombre y una mujer que luchan en bandos contrarios y, aparentemente, profesan distinta religión. Una sensualidad heroica y artificiosa los envuelve.3

Los personajes/actores y actrices contemporáneos de la puesta en escena de El Periférico de Objetos no podían comprender a esa pareja. Sólo algunos muñecos creados a escala humana copulaban entre sí, constantemente. A uno de ellos, le abrían el pecho y se le estudiaba el corazón desde un circuito cerrado para tratar de comprender, mirando en una pantalla, cómo funcionaban sus afectos. Utileros ingresaban al escenario a un muñeco inmenso y bello, una representación sobredimensionada de la belleza, creada con cartapesta, su ingreso coincidía con el final del Combattimento di Tancredi e Clorinda. ¿Es un momento grandioso o una fachada?

Si la representación barroca de la guerra y el amor trágico era “puro teatro”, la escena actual en el teatro occidental se encuentra con el problema de no poder representar sensiblemente algo que no reconoce como propio, la guerra es vivida como algo que está lejos, ajeno, un simulacro, vista como un juego interactivo y a través de una pantalla. El amor trágico y la guerra no son vividos como una experiencia posible de la vida cotidiana sino como ficción cinematográfica.

En este espectáculo, El Periférico de Objetos, ponía en escena con objetos, actrices y actores, muchas preguntas que siguen siendo relevantes. ¿Imaginar y representar la guerra en el teatro será útil para que podamos detener la cadena de violencia que ejercemos sobre esta tierra? Para quienes trabajamos en los escenarios del mundo, es nuestra única opción de sembrar preguntas y alertas en el público.

Bio

Ana Alvarado es una galardonada directora de títeres y teatro, y dirige programas de grado y posgrado en universidades de Argentina.

Endnotes

1 Compañía argentina de teatro de objetos. Fundada en 1989 en Buenos Aires por Ana Alvarado, Daniel Veronese, y Emilio García Wehbi. Sus integrantes siempre operaron su títeres y objetos a la vista de la audiencia, y se involucraron como actrices y actores en la narrativa dramática. Desde principios de la década de 1990, la compañía actuó en numerosos festivales nacionales e internacionales.

2 Publicados en 1638 como Madrigali Guerrieri et Amorosi (Madrigales de amor y de guerra), Monteverdi pone música al texto de algunos de los más grandes poetas del Renacimiento en estos breves dramas musicales que representan el combate metafórico entre hombres y mujeres en un campo de batalla que no es otro que el amor.

3 Il Combattimento di Tancredi e Clorinda de Claudio Monteverdi, basada en la obra poética de Torquato Tasso, la Jerusalén liberada, se estrenó en 1624. Luego fue publicada como parte del Octavo Libro de Madrigales (1638) Monteverdi. Se trata de una obra de teatro musical; su peso dramático recae sobre el papel del tenor/ narrador.

La trama trata sobre un caballero cristiano, Tancredo, y una joven, aparentemente, sarracena, Clorinda, que se aman, pero, como pertenecen a ejércitos enemigos, se enfrentan con la cabeza cubierta en feroz batalla. Tancredo golpea mortalmente a Clorinda, y solo después de quitarse el casco se da cuenta de quién es. Él la bautiza en el cristianismo antes de que muera.